sábado, 21 de junio de 2008

CON LA BANDERA, NO SE JODE!!!

La lluvia me puso melancólico. Estaba entusiasmado esperando la celebración del Día del Bandera, y el mal tiempo, arruinó el acto en la Plaza de Morón.
Y como no me quedó otra que quedarme en el campanario de la Catedral, me puse a recordar.
Me acordé de mis épocas de pichón, cuando era un pequeño buhito, revoloteando en el finado ombú. Y de repente, se me vino a la memoria que hace unos años íbamos a tener bandera propia: LA BANDERA DEL PARTIDO DE MORON.
La historia fue así....
En el año 2003 se desvaneció la bandera que identificaba al distrito de Morón y nunca pudo ser encontrada. Hasta creo que Martincito, aprovechó sus viajes por el mundo para entrevistarse con policías de todo pelaje, pero nunca encontró una respuesta certera a sus más urgentes sospechas. Incluso diría que estuvo a punto de nombrar en la planta política del municipio al detective de la novela “ Manual de Perdedores” de Juan Sasturián.
Recuerdo que 26 de septiembre de 2003, la oficina de Relaciones Públicas, Ceremonial y Protocolo, conducido por Beatriz, anunció que se cerraba el concurso para alumnos del Tercer Ciclo- Séptimo, Octavo y Noveno del E.G.B.- y Polimodal con el fin de diseñar la bandera de Morón.
Me contaron varios pajaritos, que se acercaron para aportar claridad a este indisoluble misterio, que la propuesta tendía a que los alumnos de las escuelas del partido fueran los creadores de la bandera distrital a través de proyectos propios, ya que la comuna carecía hasta el momento de ese símbolo distintivo.
Lo cierto es que la bandera que iba a ondear junto a los símbolos de la Nación y la Provincia de Buenos Aires, se esfumó a fines de 2003. ¿ En La Reja, en Parque Leloir, en Castelar, en el Ministerio del Interior?
El concurso tenía un jurado compuesto por representantes de la Asociación Belgraniana de Morón, Departamento Ejecutivo (léase Martincito), la Dirección de Arte y Cultura, la Dirección de Educación, el Honorable Concejo Deliberante y representantes de las comunidades artísticas y educativas.
La bandera elegida, según las autoridades municipales, se iba a presentar en sociedad el domingo 5 de octubre de 2003, coincidiendo con un nuevo Aniversario del Partido de Morón. Dicen que la noche anterior a ese evento se esfumó.
Debía ostentar los colores blanco y rojo, similares a la camiseta del “Gallito”. Según los muchachos del tablón ellos no la tienen, ni siquiera la vieron, es más, jamás imaginaron que hubo un concurso para dotar al distrito de una bandera propia.
Hasta donde pude saber, se recibieron 125 trabajos y el ganador del proyecto, que cursaba el EGB en una Escuela de Castelar, ¡ni siquiera pudo verla!
Por eso me puse melancólico!!! Porque se frustró la posibilidad de proclamarla como “Bandera del Partido” (como rezaba el comunicado Nº 1415 del miércoles 1º de octubre de 2003), y de uso obligatorio en todas las dependencias municipales, escuelas, jardines de infantes y talleres dependientes de la Dirección de Educación.
Por eso me puse melancólico!!!, porque en el comunicado aseguraban, que se iba a utilizar en todos los actos patrios, “quedando prohibida la existencia de otro símbolo, tanto a nivel distrital, como local”.
¿Qué pasó con la Bandera de Morón? ¿ Desapareció o fue víctima de otra transferencia de Partidas?

jueves, 19 de junio de 2008

“LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DIAS”

Luego de dos años de volar por el globo terráqueo, recorriendo grandes ciudades y países primermundistas, retorné a mis pagos, y desde la cúspide de la Catedral de Morón (que me están tapando con tremendo edificio), comencé a escribir estas humildes líneas.

Porque me parece que los vecinos de Morón ni siquiera se enteran de los gastos que insumen al erario municipal los gastos de los viajes por el planeta que realizó y realiza nuestro querido Martincito.

Casi les diría que el alcalde se sacrifica para realizar esos viajes, porque preferiría quedarse en su casa, en lugar de andar retozando por Bruselas, París, Nueva York o Londres, en compañía del Ss. de Transparencia e Internacionales.

Lo que pasa es que, cuando Martincito era chico, leyó la “Vuelta al Mundo en Ochenta Días”, de Julio Verne, y parece que desde entonces le costó sobremanera conciliar el sueño, hasta que unos años después, una profesora de literatura del Dorrego, hizo un comentario a sus alumnos, sobre “ La Vuelta al Día en Ochenta Mundos”, un libro de Julio Cortázar, que lo entusiasmó de sobremanera.

En ese entonces era dirigente estudiantil, trajinaba las calles, le robaban megáfonos, organizaba bailes en el alicaído local del Partido Comunista de la calle Machado, entre Intendente Grant y Mendoza, pero su objetivo era viajar, por eso observando que los políticos solían hacer giras por diversos lugares del mundo, decidió seguir esa lucrativa y emocionante carrera.

Dejó la Fede, para empezar a buscar otros horizontes, en la búsqueda de un lugar bajo el sol. Alguien le aconsejó que para prepararse en forma eficiente para lo que había elegido, lo ideal era que comprara “ El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo, que desde entonces se convirtió en su libro de cabecera.

En 1995, con el Frepaso, pudo ingresar al CD de Morón (que todavía no era Honorable) y así Martíncito asumió como secretario del flamante Bloque, (aunque en las reuniones siempre estaba ausente, no era una tarea acorde para su figura) pero él sabía que estaba para otras cosas. Me contó un pajarito que todos los días 29 llegaba entusiasmado.

Así, en el 97, consiguió la banca y empezó a pensar que los viajes se acercaban, y que si avanzaba unos metros (hasta el Palacio) su sueño se haría realidad. Por eso abogó porque Don Juan José fuera presidente del CD (que seguía sin ser H), para desgastarlo. En 1999, la Alianza de Don Fernando, lo catapultó después de una interna extraña, a la cima del poder.

Ese 10 de diciembre alcanzó el Sillón municipal. (reemplazando al interino y hoy olvidado, GC) y salió en busca del suplemento del Clarín del domingo, dedicado al turismo para elegir el destino de su primer viaje (su sueño se estaba realizando).

En un mapa elegido al azar, encontró el Condado de Montgomery, estado de Maryland y hacia allí partió raudamente. En el lugar, después de una semana de jarana, firmó con las autoridades locales un Convenio de Hermanamiento entre el Municipio de Morón y el Condado de Montgomery.

Pronto se olvidó de sus hermanos del Condado, pero la misión estaba cumplida: comenzaba su propia vuelta al mundo en ¿80? días.

Aguante Aerolíneas y mi viajante alcalde!